domingo

- ¡Lo lamento tanto! ¡Creí que te iba a perder!
- No era un buen tirador.
- ¡Eres tan estúpido! ¿Por qué lo hiciste?
- Tuve dos muy buenas razones. Primero, yo soy reemplazable y tú no.
- No eres reemplazable para mí.
- Y segundo... eres la única esposa que tengo y que alguna vez tendré. Eres toda mi existencia. Y te amaré hasta mi último suspiro.

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