
Creo que al fin encontré una explicación lógica a tanto desiquilibrio sentimental, no se.. Pero creo que todo se debe a mis traumas infantiles. He reflexionado mucho al respecto y cada día me convenzo más que parte del problema el el producto de desencanto provocado por los adultos. Muchos se preguntarán a qe me refiero, no obstante bastará hacerles recordar la sarta de mentiras en las que nuestros padres nos hicieron creer (abusando de nuestra inocencia), para luego desepcionarnos revelandonos la nefasta realidad.
El conejo de pascua, el raton de los dientes y el viejo pascuero (por nombrar algunos), les sirvieron en más de una concasión para brindar respuestas a preguntas incomodas (como la cigüeña). Por otra parte, personajes como el cuco o el viejo de la bolsa les fueron útiles para infundir en nuestras almas y así obedecerles sin mayores cuestionamientos. Sin embargo, el temor asunto va más allá.Debemos recordar aquellos cuentos que nos leían antes de dormir o en aquellos momentos de ocio cultural, cuyos finales siempre eran felices. Con las películas pasaba lo mismo, la pobre chica desdichada que durante toda la historia luchaba contra su malvada madrastra; finalmente terminaba casandose con el príncipe y para colmo descubría que era inmensamente rica. Estas historias nos daban esperanzas de encontrar, algún día, a este príncipe azul que nos llevaría a su palacio en lo alto de la colina, que nos daría todo lo que siempre habíamos soñado, que nos amaria por siempre y hasta el fin de nuestros días.
Pero con el correr de los años te das cuenta que todo es falso, que esos príncipes de fábula no existen y que no todos los finales son felices. También descubres que los padres mienten; ¿cuál es la necesidad de inventar tales patrañas? por qué nunca más se supo de cencicienta, la bella durmiente o de blanca nieves?
Al crecer me encontré con varias desepciones, sé que aquellos relatos nos ayudaron a desarrollar la imaginación y la creatividad que nos fortalecieron de espíritu y que nos crearon ilusión de que todo podía ser perfecto.
Le agradezco a nuestros progenitores por hacernos creer en aquellos personajes que, sin duda, fueron referentes para nuestro desarrollo. Eso sí.. siempre me rondarán algunas dudas: ¿el príncipe le habrá sido infiel a cencienta? o ¿blanca nieves se habrá divorciado?
Sé que nunca tendré esas respuestas y creo que es mejor, pues así seguiré creyendo en esos tontos pero mágicos cuentos de hadas..
"Porque sí, el principe azul existe.. pero sólo en nuestos sueños"
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